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En el medievo no se utilizaban los cubiertos, así pues los asados se comerán con las manos y las sopas y potajes se servirán en cuencos y se sorberán.
La ensalada no debe trocearse, las hojas se presentarán enteras y bien aliñadas. El invitado la cogerá con los dedos.
Lo primero que se presenta en la mesa es la fruta, a modo de entremeses. Esto puede ser porque de este modo se facilita la digestión. Todavía hoy en muchos países se sirve primero la fruta antes que cualquier otro plato.
Puesto que no va a necesitar cubiertos sería conveniente que su invitado esté provisto de un delantal o en su defecto de una gran servilleta.
Una vez que termine la comida con la fruta, sopas, guisos, asados, queso, vino... el invitado necesitará lavarse las manos. La mejor forma es una toalla muy caliente o un cuenco con agua caliente y limón para eliminar los restos.
Se puede concluir con una queimada. Se trata de una bebida alcohólica que se flambea mientras se da vueltas hasta que el fuego se extingue. Puede acompañarla con galletas caseras provistas de cereales o frutas.
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